05 Octubre 2024

Somos un mensaje

Todos, por naturaleza, somos seres comunicadores. Todo lo que hacemos transmite un mensaje. Podemos estar tristes, y aunque no lo expresemos con palabras, nuestro rostro lo comunicará. Podemos estar enojados, y aunque no lo verbalicemos, nuestra actitud lo revelará. Queramos o no, nuestra vida siempre está hablando, y el mensaje que emitimos puede tener un impacto profundo en quienes nos rodean.

Nuestra naturaleza comunicadora

Como seres humanos, nacemos con la necesidad de comunicarnos. Basta con ver a un bebé llorar para entender que, a través de ese gesto, nos está transmitiendo algo. Esto nos indica que mientras tengamos vida, es imposible no transmitir algún tipo de mensaje.

Es importante reconocer que Dios nos creó así. Seres con la capacidad de interactuar, y a través de la comunicación, establecer relaciones con quienes nos rodean, pero también, y sobre todo, con Aquel que nos creó. Una relación genuina con Dios debería influir positivamente en la manera en que nos relacionamos con los demás.

La Biblia nos dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Esto implica que deberíamos reflejar Su carácter. Si Él ama, nosotros deberíamos amar; si Él da, nosotros deberíamos dar. En otras palabras, el ser humano está llamado a ser un fiel reflejo de lo que Dios es.

El problema y la solución

El problema es que, debido al pecado, este diseño perfecto se distorsionó. En lugar de ser imitadores de Dios, los seres humanos actúan según su corazón engañoso. Pero, gracias al sacrificio de Jesús, lo que el pecado torció, Él lo enderezó.

Hoy, no vivimos conforme a nuestros deseos pecaminosos, sino bajo la guía de Dios. Es cierto que antes de conocer a Cristo, nuestra vida estaba sumergida en delitos y pecados. Pero desde que Jesús entró en nuestra historia, todo cambió, pasamos de ser un mensaje desalentador a ser un mensaje vivo de esperanza para quienes nos rodean.

La Biblia dice:

“Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”. Efesios 2:10 NTV

Somos Su obra, transformados por Jesús para realizar buenas obras. Estas obras comunican un mensaje de esperanza y vida eterna a quienes nos observan.

En conclusión

Que nuestra vida comunique el mensaje correcto. Que nuestra actitud refleje a Aquel que nos transformó. Que lo que somos sea un fiel reflejo de quien nos creó.

Por Samuel Esteban F. A.
Pastor y líder del equipo MEUM
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Ministerio Evangelístico

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